martes, 4 de junio de 2019

Cosas que he aprendido en mis estancias en Youtube. Brillo, humedad y rocío

Esta iba a ser una entrada más sobre ojos pero, como lo de ‘que brillen’ se está aplicando ahora a casi todo, y está claro que gran parte de los últimos lanzamientos de las marcas de cosmética harían las delicias de cualquier urraca común, me da que restringir el tema a una zona daría una imagen equivocada. Del post y de la cara.
Y sí, he escrito ‘post’. En este pulso aún no resuelto está ganando el inglés. Porque ‘gloss’ y ‘glow’ remiten a cosas ‘cool’, como un paseo mañanero en un cadillac descapotable por una carretera costera californiana; y porque cuando te enteras de que existe el ‘dewy effect’ piensas ‘lo quiero!’ antes de saber lo que es. Que sí, que rociado suena a fresco, a amanecer, a recién levantada (en una peli americana, no en la realidad y con legañas). El problema es que si se traduce como ‘efecto rocío‘ a una le da por pensar en romerías y descendientes de folclóricas. Mucho menos ‘trend’ (con todos los respetos). Y todo esto sin entrar en el ‘strobing’: de ‘iluminar ciertas zonas del rostro colocando estratégicamente algún producto que produzca destellos’ a ‘utilizar luz estroboscópica’ (según la RAE, la que se utiliza «para la observación de cuerpos en movimiento, haciéndolos visibles a intervalos y confiriéndoles inmovilidad aparente por ilusión óptica»). Dónde va a parar…
Quedémonos por el momento con que todo lo brillante, iluminador, húmedo y jugoso es tendencia fuera de la ‘zona T’ y muy tendencia en los puntos sobresalientes de nuestros cráneos (pómulos, sienes, punta de la nariz, barbilla,…). Y ahora vamos a qué iluminar en el área de los ojos.
Se dice que un toque de una sombra clara y brillante en la esquina interior del lagrimal provocará una sensación de destello y apertura, bajo las pestañas interiores tendrá un efecto atrayente y con alguna textura tipo vaselina potenciará la apariencia de ojos húmedos, de esos que dan un aire como de “tengo pensamientos muy profundos que no voy a revelarte”. 
Y me he quedado con dos trucos más: repasar el lagrimal inferior con un lápiz claro hará los ojos más grandes (como comenté en otra entrada al hablar del beige), y pasar a ras de las pestañas de abajo un pincel (o el dedo) con una sombra/crema/colorete de un tono rosado-anaranjado dará un aspecto aniñado, ergo, rejuvenecedor.
A un paso de la Garbo me estoy viendo ya.

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