Como churros: el aceite seco de Nuxe

Chicas, lo tengo: ¡¡¡¡¡¡tengo una cita!!!!! Es abogado, es dulce y está más interesado en el carácter que en el físico, o eso dice. Esto último, teniendo en cuenta el tiempo que últimamente le dedico a mi aspecto, no sé si tomármelo como un insulto o como un detalle esperanzador. El caso es que esta noche, después de un centenar de mensajes, varias fotos y muchos filtros, por fin vamos a conocernos.

Tengo una cita

Lo de los filtros en las fotos no es que tenga una equivalencia exacta en las cremas, no os voy a engañar. He leído de varias con efecto photoshop, pero son sobre todo autobronceadores para el cuerpo y, no es lo mismo.
Sin embargo desde que empecé a documentarme sobre el mundo cosmético hay un producto que quería probar: por legendario, por popular y por multitasking (sí, abuela, sí). Me refiero al aceite seco de Nuxe y sus propiedades para cara, cuerpo y cabello. A las que tenemos la piel como una mojama nos va estupendamente para lucir un rostro lustroso, además de hidratarlo. A las que tenéis el pelo como un esparto, os lo deja brillante y sellado (cuidado las aceitosillas como yo, poneos muy poco y solo en las puntas). En el cuerpo lo puede usar cualquiera, acneicas y sequillas, deja un brillo precioso, hidrata y no pringa (por aquello de ser seco).

En España existen varias marcas con equivalentes patrios como Comodynes o Sesderma, pero es el aceite seco de Nuxe, veinticinco años después de su creación, el que se lleva la palma. Yo me lo pillé por veinte euros en el duty free de un aeropuerto (ya conoceís mi teoría sobre el embriagador aroma de los duty frees y sus efectos narcóticos). Teniendo en cuenta que contiene 100 ml, y que solo hacen falta unas gotas para lucir estupenda el producto es un chollo.
Así que no se hable más: varias pulverizaciones sobre cara, rostro y cabello. Y chas, lista para mi cita con el destino. Luego os cuento.