Ya estoy de vuelta.
Ami Iyök, aunque suene coreano, es una marca catalana de “cosmética natural certificada” donde hasta el “packaging” es “eco-friendly”, (uf, a este paso el glosario, va a tener más entradas que el María Moliner…). Todo esto me parece genial; lo que ya me cuesta más entender es esas firmas de cosméticas que presumen de ser veganas. ¿Qué quieren decir? ¿Que para crear la crema no han tenido que matar a un cochinillo? Hombre... lo daba por hecho.
Ami Iyök, aunque suene coreano, es una marca catalana de “cosmética natural certificada” donde hasta el “packaging” es “eco-friendly”, (uf, a este paso el glosario, va a tener más entradas que el María Moliner…). Todo esto me parece genial; lo que ya me cuesta más entender es esas firmas de cosméticas que presumen de ser veganas. ¿Qué quieren decir? ¿Que para crear la crema no han tenido que matar a un cochinillo? Hombre... lo daba por hecho.
El producto que voy a probar es el Kombu Nectar Clean and Dream, un artículo con doble
función: bálsamo desmaquillante y mascarilla nocturna. Os cuento que lo del 'multifunction' está
muy de moda en el mundo 'beauty'. Hoy en día un ungüento no es nada si no
cumple al menos dos objetivos, (al final, todo vuelve a mi abuela y su jabón de lagarto).
Así que me unto la cara con el néctar, retiro el sobrante con un algodón y ya con la piel limpita vuelvo a aplicarlo, y me dispongo a introducirme en el lecho. Esto de que un producto te arregle la vida mientras duermes, me hace sentir un poco Escarlata: cierro los ojos, dejo la mente en blanco y confío en levantarme con otra piel. Realmente, mañana será otro día.
Así que me unto la cara con el néctar, retiro el sobrante con un algodón y ya con la piel limpita vuelvo a aplicarlo, y me dispongo a introducirme en el lecho. Esto de que un producto te arregle la vida mientras duermes, me hace sentir un poco Escarlata: cierro los ojos, dejo la mente en blanco y confío en levantarme con otra piel. Realmente, mañana será otro día.
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