¿Soy la única que piensa que algunas pastillas de jabón natural parecen
porciones de pastel de cafetería hípster? Véanse, por ejemplo, estas. Supongo que no, y que tampoco es casual. Hoy se abrazan las modas como si
fuesen religiones, o filosofías de vida. Si con diez años el jersey que te
hacía tu abuela te parecía lo peor, porque se notaba que estaba tejido en casa,
ahora lo que se lleva es renegar del tigretón y hacer ojitos a todo lo que tenga
ese aire de acabado imperfecto, porque se ve que es más ‘auténtico’. Y parece
que con ello combina muy bien, por seguir con lo de las abuelas, el tirar de
materias primas de toda la vida. Como el aceite de oliva.
A mí me han convencido, y hasta sé ya por cuál voy a comenzar. El índigo. Me gusta el nombre, aunque sea azul apetece morderlo, está de oferta y dicen que es edición limitada. Lo tiene todo, vaya.
A mí me han convencido, y hasta sé ya por cuál voy a comenzar. El índigo. Me gusta el nombre, aunque sea azul apetece morderlo, está de oferta y dicen que es edición limitada. Lo tiene todo, vaya.
No hay comentarios:
Publicar un comentario