jueves, 31 de enero de 2019

Empezando el glosario: sostenible


Que levante la mano quien no tenga un amigo que te señalará con el dedo cual poseído por un ultracuerpo ante algo tan aparentemente inofensivo como que se te pase reciclar el envoltorio de un caramelo. A veces te pegan un susto, pero en el fondo lo entiendes. 

Somos muchos y vivimos en la era del cambio climático, el consumismo sin freno, los mares asfixiados y los recursos en crisis. El agujero en la capa de ozono empuja a no pisar la playa sin protección solar; pero —¡ay!— ese protector contaminará el mar si nos bañamos, y el envase lo hará cuando lo tiremos. 

Convivimos con el plástico cual Barbie en el salón de belleza y cada movimiento de tarjeta implica unos gramos más, se prescinda o no de la bolsa. Imposible no sentirse culpable con cada compra, consumo, gesto … Más aún cuando, en el fondo, sabemos que no es absolutamente necesario echar a la cesta ese último corrector de ojeras.

Así que lo pillo: la cosmética sostenible está en alza y tiene motivos para estarlo. Se trata, al fin, de ser conscientes de que controlar consiste en algo más que preocuparse por encontrar la tapa del táper.  Anotado.

lunes, 28 de enero de 2019

En el país de los unicornios


Yo soy aquella que ayer no más decía "¿Belleza yo, que a lo más que llego es a restregarme la cara (ahora digo 'exfoliar') con jabón de lagarto?... Ay, chicas (¿estáis ahí?), no me quiero entusiasmar, pero creo que después de tanto estudio e inseguridades, empiezo a vislumbrar la luz entre tanto brillo. No sé, quizás me engaño, como aquella vez que estaba convencida de que me admitirían en el grupo de animadoras, y al final resultó que solo me querían para tocar el bombo... pero creo que poco a poco voy dejando atrás mi pasado de 'nerd' (sí, hijas, si toda la vida fui una empollona ahora soy una ex-nerd, que entrar en el mundo beauty y empezar a hablar inglés es como sustituir los rancios símbolos de apertura (¡¿) por el utilísimo hashtag #).

Voy a tratar de sistematizar todo lo que he aprendido en estas últimas semanas. Como ya os adelanté, el mundo de la cosmética patria es un universo en continua expansión en el que existen galaxias consolidadas como IsdínNatura Bissé o Germaine de Capuccini, reconocidas y largamente estudiadas por el discurso oficial; nuevas estrellas y formaciones cuya importancia apenas comenzamos a vislumbrar como una marca divina que acabo de descubrir Alice in Beautyland; y algún que otro bluf a lo Plutón. 

Dejando a un lado este tercer grupo, y sin ánimo de arrinconar a las grandes marcas, Dios me libre, he decidido empezar a hablaros del segundo bloque, auténtico Big Bang del fenómeno de la cosmética española: las marcas 'indie' conocidas en este universo como 'unicornios de la belleza'. Me recuerdan un poco a mí: criaturitas extrañas, aparentemente insignificantes tratando de abrirse paso en el universo cosmético. Aún estoy lejos de ser una gurú pero puedo ser vuestro conejo blanco, guiaros a trompicones por nuestra beautyland. Vamos chicas, saltad, conmigo, el país de los unicornios nos espera al otro lado. A la de una a la de dos y a la de...

jueves, 24 de enero de 2019

Sin rellenos



Lo peor de este trabajo está siendo descubrir todo lo malo que anda por el mundo sin que yo, hasta no hace nada, lo supiese. Porque quizá peco de naif, pero no se me había ocurrido que unos entes malvados nos estuviesen envenenando con tóxicos mientras nos prometían cuidarnos. Sencillamente, porque nunca pensé que, para abaratar precios, o mejorar resultados, metían espesantes, emulsionantes y conservantes. Como los yogures cutres, vaya.



Bien mirado, tiene toda la lógica. Pero a lo que voy es a que me estoy quedando muda ante la verborrea de las (para mí) nuevas marcas. Ese espíritu de denuncia, ese vocabulario de nueva formación política (transparencia, bienestar, seguridad, medio ambiente), esa guerra a los químicos, ese empeño reivindicativo, … Pongo un ejemplo, tomado al azar de entre muchos.


Está decidido: tengo que hacerme con un glosario. Y tengo que empezar a situar cada producto cosmético en su correspondiente facción, porque sin duda vivimos tiempos agitados.

martes, 22 de enero de 2019

Aquí nadie viste de Prada




Soy consciente de que, para creerme del todo mi papel de pringada con un futuro prometedor, debería tener una jefa tiránica, una compañera más antigua y muy envidiosa, un escritorio y algún tipo de flirteo con un tipo atractivo al que suela encontrarme en el ascensor. Pena que las estrecheces de la vida moderna me hayan llevado, como a tant@s, a trabajar desde casa, en plan autónoma/precaria, costeándome cafés, electricidad, agua, internet y equipo, y sin posibilidad de fantasear siquiera con un romance de oficina.

Aislada como estoy, cual ermitaña involuntaria, no me queda otra que dedicar los días a leer, leer y leer. Revistas de moda y belleza; blogs; páginas de marcas; publicidad; reseñas; críticas; lo mucho que aparece en las redes sociales; más publicidad,… Y, a ratos, el ¡Hola!; que cuenta poco de esto, pero entretiene que no veas.

Ello me ha revelado que estoy sola en el mundo real, pero no en el virtual. Lo de la belleza aparentemente le interesa a mucha gente. Estos son apenas algunos ejemplos escogidos al azar de entre muchos, muchos, muchos, muchos. Y sé que no debería sorprenderme. Pero me sorprende. No el hecho, sino el volumen. Me paraliza. Pero no me sobrepasa. Voy a poder con esto. Lo sé.

jueves, 17 de enero de 2019

Soñar no cuesta nada



Tras leer que la creadora de Glossier comenzó siendo bloguera no paro de fantasear con la idea de ser el cerebro que pone en marcha un Glossier hispano. Aunque no lo llamaría Brillantísimo. Ni mis tiendas recordarían al salón de belleza de la Barbie. Ni los coloretes imitarían a los tubos de pintura al óleo. Lo mío tendría un estilo diferente. Aún no sé cuál, pero sin duda distinto. E imagino que no soy la primera a la que esto se le ocurre; pero como soñar no cuesta…


En un rápido vistazo a la página se pilla más o menos de qué va esto del brillo. Creo. Gente real con vidas reales, que se acepta tal cual es y se maquilla porque quiere. Da subidón, no voy a negarlo. Así que me adentro en el blog que dio vida al imperio… y las horas se esfuman… Consejos como ducharte después de maquillarte para fijar el corrector (!); utilizar las servilletas del Starbucks como papel absorbente para apagar los brillos de la cara (!!); o sustituir la toalla por una camiseta vieja para que no se te encrespe el pelo (!!!). Junto con listas de música vintage para escuchar los sábados por la mañana, extensas explicaciones de lo que es sentirse ‘beige’, o perlas como “quien tenga dos dedos de frente debe utilizar la barra de labios como colorete” (en libre traducción).

Cuando consiga desengancharme voy a ver si hay algo similar por estos lares.

martes, 15 de enero de 2019

¿Qué fue de Myrurgia?

He pensado que, si quiero comenzar a hacerme la ilusión de que algún día controlaré esto, más vale que me lo plantee como el aprendizaje de un idioma; o sea, empezando con una prueba de nivel. Y he de reconocer que, si me preguntasen en una encuesta si conozco alguna marca de productos de belleza española, probablemente respondería muy ufana: “Por supuesto. Deliplus.” Y me quedaría tan ancha. En serio. Ese es mi nivel.

Ahora bien, rascando un poco se me vienen a la mente algunos nombres de antaño que yo creo que aún se encuentran en las droguerías. Heno de Pravia, La Toja, Lavanda Puig, … y … hummm … ¿qué fue de Myrurgia?

Menos mal que para resolver este tipo de cuestiones trascendentales existe Google. Parece que en 2016 habría cumplido cien años, pero allá por el 2000 fue comprada por Puig –que también compraría Perfumería Gal— y luego absorbida. Vaya. Antes de eso hicieron en el MNAC una exposición con una pinta estupenda, y tanto el catálogo como algunos productos aparentemente siguen a la venta.  

¿Esto cuenta como investigación o es simple y llanamente procrastinación? ¿Un poco de cada, quizá?


jueves, 10 de enero de 2019

En busca del método


En dos palabras, y parafraseando a un célebre torero, esto es im-presionante. Pues ¿no me he encontrado el otro día en casa de mi madre un Yodona en el que dicen que “existen más de 250.000 referencias cosméticas que llevan el sello ‘made in Spain’, lo que nos convierte en el quinto mayor productor de toda la Unión Europea”? Tal cual. En el último de septiembre, página 71. Alucina, vecina. Y la cosa no queda ahí, porque cada poco aparecen marcas nuevasVéase esto.


Tras semanas recorriendo con los ojos revistas y blogs en plan frenético para intentar enterarme de algo, he llegado a una conclusión simplona pero que, por el momento, me vale como punto de partida: hay productos y marcas que llevan existiendo toda la vida, otros que han surgido en los últimos años y muchos que aparecen a poco que te descuides.


¿Merece la pena crear un sistema para diferenciar las añejas, las relativamente recientes y las neófitas? Quizá sí, quizá no. ¿Pierdo algo por intentarlo? Tiempo, seguro; y tal vez alguna neurona. Pero de algún modo hay que empezar, y si Marie Kondo se ha forrado enseñando a organizar armarios será por algo.

martes, 8 de enero de 2019

Camino a un nuevo mundo


La vida es compleja y a veces viene con bromas extrañas. Como que encarguen estar al día de lo último en belleza patria a una infeliz que lleva años trabajando en edición y cree que después del Jabón Lagarto poco más se ha inventado para el cutis. O creía, hasta que descubrió que podría escribirse (si no se ha escrito ya) una monografía sobre jabones recientes. Y eso si hablamos solamente de jabón …

¿Es posible sentir que has naufragado antes de haber embarcado? ¿Es eso lo que siente quien se lanza al océano en algo que flote, quien se tira de un avión en paracaídas o quien sale de una nave espacial en un traje tipo escafandra? ¿La sensación es la misma siempre que se comienza a explorar un mundo nuevo y sus dimensiones nos sobrepasan? Pregunto porque no tengo ni idea. Para mí visitar un barrio que no conozco es como adentrarse en África en busca de las fuentes del Nilo.

Sea como fuere, siguiendo el mandato de los que firman la nómina, me dispongo a adentrarme en los misteriosos mundos del maquillaje y las cremas, y a empezar un blog que registre mis andanzas y desvelos. Por si a alguien le interesan. Y porque me lo han mandado.

Por el momento, perdidita como estoy, lo concibo como el making-of de una Guía de Lo Último en Belleza (Patria). GLUB(P). Veremos lo que resulta.

Vértigo, mucho vértigo …