Yo soy aquella que ayer no más decía "¿Belleza yo, que a lo más que llego es a restregarme la cara (ahora digo 'exfoliar') con jabón de lagarto?... Ay, chicas (¿estáis ahí?), no me quiero entusiasmar, pero creo que después de tanto estudio e inseguridades, empiezo a vislumbrar la luz entre tanto brillo. No sé, quizás me engaño, como aquella vez que estaba convencida de que me admitirían en el grupo de animadoras, y al final resultó que solo me querían para tocar el bombo... pero creo que poco a poco voy dejando atrás mi pasado de 'nerd' (sí, hijas, si toda la vida fui una empollona ahora soy una ex-nerd, que entrar en el mundo beauty y empezar a hablar inglés es como sustituir los rancios símbolos de apertura (¡¿) por el utilísimo hashtag #).
Dejando a un lado este
tercer grupo, y sin ánimo de arrinconar a las grandes marcas, Dios me libre, he
decidido empezar a hablaros del segundo bloque, auténtico Big
Bang del fenómeno de la cosmética española: las marcas 'indie' conocidas
en este universo como 'unicornios de la belleza'. Me recuerdan un poco a mí: criaturitas extrañas, aparentemente
insignificantes tratando de abrirse paso en el universo cosmético. Aún estoy lejos de ser una gurú pero puedo ser vuestro conejo blanco, guiaros a trompicones por nuestra beautyland. Vamos chicas, saltad, conmigo, el país de los unicornios nos espera al otro lado. A la de una a la de dos y a la de...
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