lunes, 28 de enero de 2019

En el país de los unicornios


Yo soy aquella que ayer no más decía "¿Belleza yo, que a lo más que llego es a restregarme la cara (ahora digo 'exfoliar') con jabón de lagarto?... Ay, chicas (¿estáis ahí?), no me quiero entusiasmar, pero creo que después de tanto estudio e inseguridades, empiezo a vislumbrar la luz entre tanto brillo. No sé, quizás me engaño, como aquella vez que estaba convencida de que me admitirían en el grupo de animadoras, y al final resultó que solo me querían para tocar el bombo... pero creo que poco a poco voy dejando atrás mi pasado de 'nerd' (sí, hijas, si toda la vida fui una empollona ahora soy una ex-nerd, que entrar en el mundo beauty y empezar a hablar inglés es como sustituir los rancios símbolos de apertura (¡¿) por el utilísimo hashtag #).

Voy a tratar de sistematizar todo lo que he aprendido en estas últimas semanas. Como ya os adelanté, el mundo de la cosmética patria es un universo en continua expansión en el que existen galaxias consolidadas como IsdínNatura Bissé o Germaine de Capuccini, reconocidas y largamente estudiadas por el discurso oficial; nuevas estrellas y formaciones cuya importancia apenas comenzamos a vislumbrar como una marca divina que acabo de descubrir Alice in Beautyland; y algún que otro bluf a lo Plutón. 

Dejando a un lado este tercer grupo, y sin ánimo de arrinconar a las grandes marcas, Dios me libre, he decidido empezar a hablaros del segundo bloque, auténtico Big Bang del fenómeno de la cosmética española: las marcas 'indie' conocidas en este universo como 'unicornios de la belleza'. Me recuerdan un poco a mí: criaturitas extrañas, aparentemente insignificantes tratando de abrirse paso en el universo cosmético. Aún estoy lejos de ser una gurú pero puedo ser vuestro conejo blanco, guiaros a trompicones por nuestra beautyland. Vamos chicas, saltad, conmigo, el país de los unicornios nos espera al otro lado. A la de una a la de dos y a la de...

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