martes, 5 de febrero de 2019

Cosas que he aprendido en mis estancias en Youtube. Los tropecientos pasos (y la posibilidad de saltárselos)




Por lo que voy viendo, completar un maquillaje de alfombra roja o pasarela puede llevar varias horas. Pero también es cierto que la mayor parte de las mortales no nos enfrentamos cotidianamente a flashes, primeros planos y las despiadadas críticas de los expertos (y aficionados). Más bien queremos acercarnos al supermercado con un aspecto decente, que no asuste al/la emplead@; caminar por la calle con aire de haber dormido; y poder interaccionar con amigos, conocidos o nuevos humanos dando nuestra mejor cara. 

Así que, para ir simplificando, convengamos en que muchas de las fases de preparación de la piel para que cumpla el doble efecto de resplandecer y ser ocultada en el día a día se pueden saltar, de la base es posible prescindir si se usa bien el corrector, los polvos solo son necesarios cuando se quieren sellar capas o apagar brillos, y todo lo demás (máscara, lápiz de ojos, sombras, bronceador, color en los labios, colorete, etc., etc., etc.) son cosas optativas.

Entonces, ¿no nos ponemos nada? Las gurús dicen que depende. De si queremos tapar un grano o una mancha. De si tenemos más o menos ojeras. De si la tonalidad de nuestra piel es saludable o recuerda a la de algún personaje de mala vida. De lo que queramos ocultar y lo que queramos resaltar. Y de lo que nos apetezca.

En esto del maquillaje, según empiezo a entender, lo primero es corregir y lo segundo añadir. Prueba de ello: la tendencia que arrasó hace unos años, el efecto “no maquillada”, lleva mucho más tiempo que aplicar el conocido trinomio corrector-raya-barra de labios, como puede verse aquí; porque, al parecer, para tener buena pinta sin que parezca que estás maquillada tienes que pasar mucho tiempo maquillándote. Es decir, invertir un buen rato en la fase ‘corregir’ para que parezca que tú te levantas así, sin una marca, sin un granito, sin una mancha, sin ojeras, sin decoloración, sin flacidez, sin color amarillento. Quien tiene la suficiente pericia puede luego salir y pasearse por la vida en plan “mira qué buena pinta tengo”. Para las menos hábiles, o con menos tiempo, esta primera fase puede ser más breve si se parte de un buen lienzo (esas pieles envidiables que solo dan la genética y/o las buenas acciones en vidas pasadas) y se decide que una barra de labios que haga las veces de colorete y un aventón a las pestañas bastan para desviar la atención de una mancha. Lo que viene siendo una parisién de toda la vida, vaya.

Eso he aprendido. Pero sigo en ello.

2 comentarios:

  1. Por favor, ilústranos sobre cómo aplicar bien el iluminador. O aconséjanos una youtuber que lo explique para las muy torpes. Te estaré eternamente agradecida

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    1. Uy, qué subidón! Como si fuese yo gurú! Pues las verdaderas dicen que en las partes del rostro que quedan más alante, tipo pómulos, parte superior del párpado, sobre el labio, en la punta de la nariz,... O, al menos, eso he pillado. Lo cuenta bien aquí https://www.youtube.com/watch?v=ESzE9aoq7vQ

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