Hace unas semanas
encontré en un cajón un sobre con una mascarilla que alguien me regaló ya ni me
acuerdo cuando. Como no veo la fecha de caducidad y además noto que une dos
tendencias —el detox y el negro— me he decidido a probarla.
Vale que mi vista
ya no es lo que era, pero sinceramente creo que las marcas deberían plantearse
aumentar el tamaño de la letra de las instrucciones. En la cara A se lee bien: nombre
del producto, modelo rubia megamaquillada sosteniendo lo que parece un
emoticono chungo, un montón de cosas en inglés y lo que interesa: “Mascarilla tisú
facial DETOX Carbón Anti-imperfecciones”. La B es la que implica cierto
esfuerzo; y encima al abrir el sobre se rasga por el párrafo en español. Ainsss…
Paso 2 – Aplicación
En el caso de las
mascarillas siempre es complicado enfrentarse al momento de comprobar si tu cara
encaja con la del modelo que utilizaron para hacerla. Como suele estar bastante
lejos opto por comenzar por la nariz, para respirar y esas cosas. Vaya, esta no
tiene nariz. Ni siquiera una de esas solapas que hay en algunas. O sea, que la nariz se queda sin tratamiento, la pobre... Con lo expuesta que está y
lo necesitada de detox... (por la exposición lo digo únicamente, que quede claro). Bueno... reconozcamos que, en términos de uso, es más práctico.
Luego va la boca.
Claramente esto se pensó para una boca grande. También es cómodo, también hay
piel que queda al aire. Y los ojos, como siempre, aplastados y caídos, con poco
margen para mover las pestañas. Ainsss, ainsss…
Habiendo
comprobado que esta no es mi talla (si en esto hay tallas), que negro es el
tisú y no el liquidillo, que en mí esto no es instagrameable y que me queda
poca leche, ya no se me ocurre qué más hacer. Compruebo que no tengo correos
nuevos, tamborileo con los dedos en la mesa, vuelvo a leerme las instrucciones…
De repente una
ráfaga de aire frío atraviesa la sala y me hace estornudar. Menos mal que la
nariz está al descubierto.
Paso 4 – Resultados
y conclusiones
Si algo me ha
quedado claro de las instrucciones, porque lo pone en mayúsculas, es el NO
ACLARAR. Mientras siento ese cosquilleo de poros burbujeando y aprovecho el
juguillo que queda para la papada y el cuello (esos grandes olvidados) me da
por pensar que detox probablemente necesite mucho, sea o no con carbón y ácido
hialurónico, pero lo mismo esto es para abrirte los poros y va a ser peor el remedio
que la enfermedad…
...
(unas horas después)
...
Como soy yo muy
de placebos, no sé si la subjetiva autopercepción de mi experiencia cuenta; pero
he de decir que noto la piel diferente, como si el carbón y el ácido (que
siguen ahí, ahora ya secos) hubiesen creado una sutil película con un brillo cristalino
bajo la que florece una dermis de un sonrosado sanote.
Veredicto: para la piel bien; para selfies en Instagram
no la recomiendo.
Pd. Me acabo de
acordar de que esto me lo trajeron los Reyes. Entonces, ¿me trajeron carbón?
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